miércoles, 18 de noviembre de 2009

Fecha del mal juicio.

Otra vez Amina tocando las sinfonías mas obscuras, lujubres, que incitan a llorar.
Entre el infierno terrenal y sus horribles aspiraciones que trazaban una muerte segura para los causantes de su tristeza.
Miraba , despistadamente por la Ventana a mortales sin suspiro, con el diablo en la cara. Amina odiaba mas que nada ese día, desde que su madre la asustaba, relatando historias de brujas que lanzaban sus hechizos, las malas conciencias y malignos afanes a los niños, justamente en viernes.
Ese fatídico dia, que tanto la perturbaba , se convirtió en su sentencia. La sentencia mas larga para cualquier niño con pensamientos propios. Durante sus primeros años, Amina llamaba largamente a su madre, pero esta nunca le respondía, malévolas sonrisas se dibujaban en sus paredes, entre sus muñecas , abajo de su cama, ella cubría su cuerpo con su frasada.
Buscando refugio en sus pequeños brazos, en su armadura frágil. Un calor artificial entonces la invadia y se aferraba a su unico heroe cuyo relleno era de algodón, un viejo osito afelpado de nombre Agustín.
- Agustín porfavor, no me dejes sola, no quiero estar sola. Si me quedo sola los demonios me han de llevar.
Agustín en sus alucinaciones cobraba vida ,le susurraba las palabras mas dulces.. Las mas acogedoras, Amina se sentía tan bien,que su sueño era profundo y tranquilo,como la noche serena. Pero los lunes , los martes , los miércoles,jueves,sabados y domingos Agustín solo era un oso semi roto, mediocre, tonto con palabras melosas, que tomaban la forma de chillidos molestos para los oídos de Amina. Ya callate estupido oso-! Dicho esto Amina iracunda , mato a Agustín con unas pequeñas tijeras, que bien eran infantiles, pero perforaron el corazón del pequeño oso, el impacto provoco que el algodón saliera como agua por una cañeria, Agustín se desangraba y Amina extasiada en la locura se perdía. Pero el viernes se aproximaba, bien sabia que su madre no vendría . Ahora su único guardián ya no existía. Ella había provocado su muerte. Recordaba exactamente como sentía al repetir el proceso- clavar,sacar, sacar, clavar. Lo disfruto y no podía negarlo.
Se atemorizaba por tiempos prolongados , pero ahora era una combinacion de repudio y dolor.
Ella lloraba, pero no todos los días comunes.
solo los viernes. Ella intercedía por sus malos deseos,
tocaba la viola, pero solo los viernes.
Mientras todos eran felices, conformes, ídolos por una noche,
Cuando la niebla cae y escucha las sonrisas que no le pertenecen.

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